Pensamientos de un viaje en autobús III

    

       Cuando compartes los viajes tan largos de autobus con alguien, aprendes a reflexionar cuando vas acompañado, muchas veces a ver las cosas más claras cuando eres capaz de hablar de tus sentimientos abiertamente, a final de cuentas; todos podemos sentir aquello que nos cuentan las personas que nos habla en el trayecto casa - Universidad; Universidad- casa; cómo lo es en mi caso.

Es que el compartir es el remedio a todos los males, no el tiempo como dicen algunos; compartir un abrazo, un sueño, una canción, mis conocimientos sobre la economía del amor y algo más, te alegran el alma, muchas veces esa persona pueden entender lo que te pasa por la mente y ayudarte a dar las mejores sonrisas del día; porque mas que conocer a alguien, coincidir y compartir tus viajes; la mejor forma de conocer a alguien es a través de lo que escribe. 

Cuando hablo del compartir no me refiero a bienes materiales; que también se pueden compartir; pero no hay nada mejor que obsequiar una interesante conversación, una sonrisa, sentimientos que puedan haber en común. La mayoría de las ocasiones una persona no se imagina su talento en sanar las heridas del corazón que podamos tener; con heridas del corazón no me refiero al problema de un mal amor, que también puede darse, aunque yo me refiero mayormente a las pérdida de alguien importante para nosotros o aquella incertidumbre que vivamos; a un familiar que se fue, a un amigo que ya no está, a ese sentir de que todo va mal creyendo que ya nada puede mejorar.

Siempre me he preguntado: ¿Hay algo mejor que compartir tus sueños? pues algunas  veces somos capaces de coincidir en nuestros deseos, creando la expectativa de cumplirlos en conjunto, alcanzando grandes amistades que todos esperamos que duren la vida entera y estén ahí siempre para nosotros; pero si hay algo que debemos tener en cuenta es que NADIE se va de nuestra vida sin primero dejarnos una enseñanza valiosa, por ello hay que estar agradecidos; y no envenenarnos con el mal sentimiento del odio o del rencor.

Muchas veces basta una mirada, una sonrisa de alguien que empieza a ser importante para sentir que tu día no va tan mal, o que va muy bien aunque falten horas para terminar; pero cómo dice un profesor; que antes de conocerlo no era tan positiva cómo ahora; " Todo en la vida es cuestión de actitud"; pues se considera que lo que uno transmite, habla o piensa; el universo se encargará de enviarnos esas energías; así que si tu has tenido un mal día, sonríe y cree que todo va a mejorar y verás que así será; basta levantarse con un pensamiento positivo para ver que todo fluye; ¡SEAMOS FELICES!.

Kisses, Rosa Figueira